lunes, diciembre 27, 2004

No interrumpas su sueño.

Dos almas fundidas en la noche,
cubiertas por sabanas de seda negra
lentamente se desgajan la húmeda piel
trenzando las piernas, uniendo el aliento.
Miradas cruzadas de infinito
deseo dos ángeles negros unidos,
por encima del dolor, la tristeza ,
unidos en uno por antojo del destino a través del tiempo.
Ella elevada etérea sobre la almohada
mientras él la va cubriendo con sus besos sintiendo bajo los dedos,
su blanca tersura pinceles por manos, que recorren su cuerpo.
Inmortales figuras, persiguiendo anhelos sin palabras,
como estatuas de cementerio que callan,
mirando sin temor donde la noche les guarda
con su manto y vigila su sueño.
No interrumpas el letargo de los dos amantes
míralos en silencio como fundidos en la sombra
permanecen como rosa negra y rocío aun unidos
mimados en el reino de los espíritus muertos.